martes, 29 de mayo de 2012

EL EJERCICIO FÍSICO COMO MEDICINA PREVENTIVA EN NUESTRA VIDA LABORAL


En muchas circunstancias nuestra vida laboral puede no estar en consonancia con la salud de nuestro cuerpo. Desafortunadamente estamos constantemente repitiendo movimientos que muchas  veces son antianatómicos y pueden traer consecuencias muy importantes. Si analizamos las más variadas profesiones, en cada una de ellas podremos encontrar un punto de reflexión  que deberíamos tener  en cuenta para la mejoría de nuestra calidad de vida. La autodefensa postural debe  ser uno de los puntos álgidos de esa reflexión.  En un día laboral trabajamos muchas horas, y dentro de éstas actuamos de las más distintas maneras con nuestra musculatura, pero a medida que nuestros músculos se empiezan a cansar, pierden fuerza para ejercer el soporte de la sobrecarga de las posturas físicas que asumimos a cada momento, además de su  flexibilidad. Es cuando surgen los problemas.
Como los dentistas por ejemplo. Estos profesionales suelen repetir constantemente los movimientos de  los brazos haciendo una contracción isométrica en los trapecios  para poder ejecutar los tratamientos en los pacientes. La  sobrecarga en los  trapecios puede  hacerse  muy intensa. Hay una gran cantidad de personas  de esa área que a consecuencia  de las malas posturas en su  trabajo, consiguen una descompensación muscular que en muchos casos puede derivarse en una escoliosis, y hasta  una rectificación de las  vértebras cervicales que les producirá un tremendo malestar y sobre todo en  el último caso, mareos, adormecimiento en manos, etc..
Estando en sexto de medicina, desarrollé un programa de ejercicios direccionado a los cirujanos. Aprovechando mis conocimientos por mi formación  en el área de la Educación Física, me fijé en las necesidades de esa población, de la que ya hacía parte en estos momentos. Me di cuenta de que los profesionales que nos dedicamos a ese tipo de trabajo, sufrimos un estrés muscular muy importante debido a la gran cantidad de horas que muchas veces tenemos que invertir en una operación y  muchas veces repitiendo las mismas posiciones una y otra vez. Un cirujano puede estar más de 5 horas operando a un paciente ejecutando la misma posición. Después de 20 a 30 minutos es muy difícil seguir  en la misma postura y mantener la efectividad muscular, debido a que las contracciones isométricas producen estrés muscular con tremenda rapidez, principalmente cuando dichos músculos  no están entrenados. Es en este momento  cuando el malestar empieza a dominar nuestra musculatura. Por ese motivo enseñé a mis compañeros algunos trabajos de calentamiento para ser utilizados antes de entrar en quirófano. Les enseñé también algunos ejercicios de estiramientos de trapecios, esternocleidomastoideo, deltoides, lumbares, dorsales, pectorales, femorales, cuádriceps, gemelos. El éxito de la idea  y la aceptación de los ejercicios  por parte de mis profesores fue  tan grande, que  hace poco me he enterado que pasados 17 años siguen utilizando mis técnicas en mi Universidad,  y en algunos hospitales de Estados Unidos  hasta hoy.
Según la vida laboral que tenemos, es interesante dar a nuestro cuerpo un  entrenamiento físico condecente a nuestro estilo de vida. De ahí la importancia de hacer ejercicios para sentirse bien. Ejercitar la musculatura no es solo un hecho importante para la estética, sino para la salud. Cuanto mejor entrenado está nuestro cuerpo, mejor será la preparación de los músculos ante las adversidades del día a día, incluyendo las del trabajo; mayor será el rendimiento y menor serán las bajas laborales por enfermedad.               
Otro ejemplo de vida laboral muy preocupante desde un punto de vista traumatológico, es el de los butaneros (repartidores de gas). Éstos más que nadie necesitan ciertos cuidados para el desarrollo de su profesión, pues de no ser así, en un corto espacio de tiempo su cuerpo podrá padecer algunas molestias muy importantes. En este caso en concreto hay una preocupación translúcida, pues hemos de tener en cuenta que estas personas llevan en los hombros una  carga importante de peso una y otra vez, subiendo y bajando bombonas de butano en el camión durante muchas horas del día y lo que es peor, empiezan a trabajar  muy temprano, y sin previo calentamiento, se ponen a cargar peso sobre la espalda. De otra parte son muy pocos los que practican actividad física con un entrenamiento direccionado al fortalecimiento muscular generalizado, además de los pertinentes estiramientos.
De seguir así, con el paso del tiempo un gran número de estas personas podrán sufrir  hernias discales que a la larga les imposibilitará en  la realización de su trabajo. Además de la actividad física como una manera de fortalecer la musculatura de estos profesionales, en los cursillos de formación para la ejecución de esa clase de tarea, también deberían ser abordadas las técnicas para levantar y bajar un peso del suelo de una manera que puedan  proteger su espalda fomentando sobre todo la utilización de las piernas con las pertinentes flexiones de rodillas. Todo con el objetivo de quitar tensión de la zona lumbar provocando así la adecuada transferencia de sobrecarga. Dentro de esa población es verdaderamente preocupante la cantidad de incidencias relacionadas con el dolor de espalda.
De una manera un poco distinta, pasa algo parecido con las personas que se dedican a la construcción. Son trabajos físicos que se desarrollan con constantes sobrecargas que afectan a los músculos de una forma significativa: de no tomarse los debidos cuidados, el cuerpo puede resultar perjudicado de una manera muy importante. En una inmensa cantidad de casos similares, estas personas argumentan que demasiado cansancio llevan encima como para ponerse a entrenar en un gimnasio después de un día  de trabajo. Por un lado llevan razón, pero todo es una cuestión de empezar. El cuerpo funciona por estímulos y tiene una capacidad de asimilación y respuesta impresionante. No importa la actividad que realizamos,  somos todos atletas del día a día y necesitamos dar a nuestro cuerpo mucho más de lo que le pedimos, al igual que hacen los atletas del mundo deportivo. Ese “más” está relacionado con la alimentación,  la  actividad física  y el descanso.   
Independiente de la actividad que uno desenvuelva, es fundamental tener calidad de vida, pero igual de importante es estar siempre un paso por delante de las situaciones. La prevención es una condición imprescindible para que se puedan evitar futuros problemas como los que anteriormente he citado. Si paramos para pensar, la solución para casos como estos es más simple de lo que imaginamos; basta con un poco de información y buena voluntad.  En los caso donde se aprecia la existencia de anomalías ocasionadas por estos trabajos de sobrecarga (hernias discales, aplastamientos de vértebras, artrosis, etc.) es fundamental buscar ayuda de un médico para que éste pueda evaluar la situación y prescribir la mejor manera de  tratar la lesión evitando así las molestias físicas que siempre son acompañadas por el dolor y el malestar.            
En los ejemplos anteriores hice mención a  la ayuda que la actividad física puede proporcionar a los problemas relacionados con las  anomalías  ocasionadas en los aspectos musculares, pero esa ayuda va mucho más lejos que esto. La actividad física y el deporte contribuyen de manera significativa  al  mantenimiento de la buena salud y la prevención de enfermedades en todos los aspectos. Por ese motivo los profesionales de la salud son de relevante transcendencia para el sustento de ese proceso, pero nunca podemos dejar de reconocer la importancia de los  profesionales  de la   Educación Física,  pues  sin quitar peso a los demás  profesionales, éstos son y siempre serán los arquitectos del bienestar.

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